"Madre Tierra debe ser tratada con cariño
Ella nos da la vida, no la riegues con veneno
porque, si ella muere, muero, aquí moriremos todos.
(...) Vaya panda de alelados, que bajo su sombrero
son tan pobres que sólo tienen dinero"
Vandana Shiva
Si hay algo cierto, además de la muerte, es que todas las formas de vida dependemos de la Madre Tierra. Dentro de todas las cosas esenciales para nuestra existencia, destaca el agua. Somos agua. No hay forma posible en la que podamos sobrevivir sin este líquido en nuestro cuerpo, sobre nuestros campos, corriendo libre y limpio por nuestros ríos.
Sin embargo, la avaricia no conoce límites. No entiende razones. Nuestro país, no escapa de la miopía de la muerte. Nuestro políticos tradicionales, parecieran no darse cuenta de que el agua es un recurso escaso, hace décadas dejó de ser inagotable (si es que alguna vez lo fue).
Un ejemplo, bastante gráfico, de esta visión suicida es el Tajo Asunción, en la Provincia de Limón. Este se ubica dentro de la zona protectora del río Banano, recientemente ampliada por el Instituto de Acueductos y Alcantarillados. El área donde se encuentra el Tajo es la reserva de agua que se proyecta para abastecer las necesidades de todo Limón por los próximos 20 o 30 años. No debiera haber ninguna zona más protegida que esta en la provincia caribeña. Especialmente, si consideramos el drástico avance hacia el calentamiento global y las posibles sequías que nos aquejarán más temprano que tarde.
A pesar de ello, este proyecto minero ha resultado ser prioridad para este Gobierno, que por una parte, nos dice estar opuesto a la actividad, cada vez que desde el Frente Amplio le hemos interpelado sobre el tema. Pero, por otra parte, tiene una actitud silenciosamente cómplice, justificada en una supuesta seguridad jurídica. La seguridad jurídica a favor de una empresa privada, en la que el Poder Ejecutivo, desde el Ministerio de Ambiente, excusa su obediencia en detrimento del ambiente; pareciera ser más importante que la seguridad jurídica, ambiental y de la vida y supervivencia.
Ante lo señalado, y la indiferencia estatal, nuestra Fracción ha emprendido la lucha en los Tribunales de lo Contencioso Administrativo, donde acompañamos las acciones del Sindicato de Trabajadores de Japdeva, en defensa del agua de Limón. El proceso a penas está iniciando, y ya hemos sido testigos de algunas ocurrencias jurídicas que nos anuncian la dificultad de la contienda que estamos asumiendo.
Por lo anterior, hacemos un llamado de alerta al país entero en defensa del recurso hídrico, y en particular, a la Provincia de Limón. No permitamos que los intereses de unos cuantos nos despojen de lo más valioso que tenemos. El agua es un derecho humano, no así la extracción minera. Cada pequeña acción, cada señal de apoyo, sumará a este largo proceso que inicia. Volvamos a ser la Costa Rica ecologista, solidaria y unida, que desarticuló la "orquestación de volundades" en torno al caso de Crucitas. Esta vez, el llamado es en defensa del agua del pueblo de Limón; si seguimos en esta dirección, pronto será el abastecimiento nacional el que nos llame a movilizarnos.
Seamos valientes, pensemos en la Tierra como nuestra Madre y defendámosla de la violencia y la avaricia que la están matando.
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